El cuerpo responde a nuestros estímulos y a nuestros sentimientos. Con cada carcajada realizamos contracciones musculares y movimientos viscerales, el corazón late más rápido, el cuerpo se oxigena, mejora la circulación sanguínea y se refuerza el sistema inmunitario.

   El sentido del humor nace en el cerebro y a través de sus ordenes beneficia a todo nuestro organismo.

   Cuando una persona suelta una carcajada, en su cerebro se liberan endorfinas, una especie de opiáceos naturales, además de dopamina, hormona relacionada con los estados de bienestar psicológico y disminuyen los niveles de cortisol, hormona responsable del estrés. La risa elimina la depresión ya que ayuda a sentirnos mejor con nosotros mismos, limpia y ventila los pulmones, mejora la oxigenación del cerebro y del cuerpo en general, ayuda a trabajar al aparato digestivo y regula el intestino, relaja los músculos, disminuye la presión arterial, ayuda a quemar calorías, fortalece los lazos afectivos, incrementa la autoestima, potencia la creatividad y la imaginación.

   Las personas que se ríen a menudo pueden tener una esperanza de vida de hasta cuatro años más, además de que tienen menos posibilidades de sufrir un infarto, reír mucho equivale a 15 minutos de ejercicio aeróbico.

   El sentido del humor hace más fuertes nuestras defensas, las personas más miedosas y asustadizas sufren con mayor frecuencia infecciones y resfriados.

   Los niños se pueden reír una media de 300 veces al día, mientras que en los adultos está entre 15 y 50 veces.

   La risa es un sentimiento exclusivamente humano, a la vez que irracional e instintivo. Los animales no saben reír.