Un  Saltimbanqui

por Julián Segarra Esbrí

    Desde el día de la Virgen del Carmen del presente año 2.009, soy consciente de la imposibilidad de acceso a los espacios web del servidor en donde desde hace unos años venía almacenando la información que generaba y en colaboración con otras personas, incrementábamos los contenidos cuando se trata de la web cultural del pueblo de Chert ya que, la web de los niños, está como detenida en el tiempo; posiblemente porque con los avances tecnológicos se descuide la actividad epistolar en las redacciones del colegio, puesto que por la falta de amistad con los hombres del mañana, no es.

    En estos dos meses veraniegos, cada día he intentado entrar y de forma repetitiva se me informaba de la imposibilidad de acceso, respondiendo a un error 404 que significa que lo que intento abrir no existe. Es como si la puerta de entrada estuviese tapiada o no existiese y como desconozco el lugar de la ventana, de la chimenea  e incluso de la gatera, lo realmente cierto es que no puedo añadir, reparar o quitar contenidos.

    El principal problema ha surgido porque algunas personas de la web de la familia segarra me ha solicitado ser retirados sus datos identificativos y sin posibilidad de entrada, tampoco existe posibilidad de borrado, precisando solicitar un poco de paciencia para solventar el incidente.

    Accidentalmente el Espíritu Santo ha permitido coincidir en una red de comunicación social con mi amigo Alberto González Pérez quien ha colaborado amablemente proporcionándome un nuevo espacio web para continuar almacenando información y gracias a mi inteligencia cristalina (digo cristalina porque si se me cae al suelo, se rompe), durante unos días estuve revisando lo que era aprovechable en el alojamiento y montar en el nuevo lugar web un saltimbanqui.

    Algunos lectores pensarán que la palabra saltimbanqui debe ser una ocurrencia de las que en ocasiones se le ocurren con mucha ocurrancia de forma ocurritiva a Julián Segarra Esbrí y está en lo cierto; otros tal vez pensarán que la palabreja debe ser por lo menos de origen íbero y en este caso se equivocan por ser más antigua si cabe. Quienes han visitado las pinturas rupestres del abrigo la Saltadora en la Valltorta aquí cerca en el vecino pueblo de Tírig y aún retengan la imagen en su memoria, andarán más acertados. Otros que recuerden durante el verano, el chupar red wifi gratis sentados en un banco de piedra de sillería desde el paseo de la Independencia de Chert, también se aproximan a la diana. Pero quienes haya disfrutado de las dos vivencias, darán seguro en el clavo de la susodicha palabreja.

    Cuando un webmaster hace uso de un saltimbanqui, permite a las vistas de un espacio web, navegar tranquilamente entre los servidores aprovechando las páginas web allí dónde estén alojadas como si aquí no hubiese pasado nada y sin necesidad de repetir los contenidos.

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