Land Rover Santana

Los Land Rover Santana de Julián Segarra Ortí de Chert

por Julián Segarra Esbrí

    En la primera quincena del mes de abril de 1936, todos los vehículos del pueblo de Chert fueron requeridos por el Ejército Republicano y terminada la contienda, el ejercito puso a la venta unos vehículos alemanes Opel Blidz con el motor de 6 cilindros y 14 CV colocado avanzado sobre un chasis para 750 Kg. de carga pero mi abuelo Julián Segarra Ferreres solo pudo conseguir adquirir 1944 un Opel de 4 cilindros y 10 CV con matrícula B-66549 y una capacidad de carga de 500 kg. gracias a la colaboración de su amigo el Sr. Vicente Cifré i Folch de Barcelona; como curiosidad, indicaré que disponía de cuatro marchas hacia adelante que le permitían alcanzar hasta los 100 Km/h. y con una primera marcha muy corta que según mi padre Julián Segarra Ortí, era ideal para moverse con soltura por las fincas de labranza.

Socorro de Echeverría Adell y Julián Segarra Esbrí.

    Mi padre conservó y utilizó este vehículo durante 18 años, hasta que D. Antonio de Echeverría Cervera vino a Chert para proyectar el trazado del camino Forestal hasta el Monte Turmell con un Land Rover 88 inglés y por la amistad existente con su esposa Dª. María Teresa Adell Prats compañera de estudios de mi padre, mientras duró el trabajo de campo, D. Antonio estuvo pernoctando en casa con nuestra familia. Dª. Teresa y el Sr. Antonio tenían una niña de mi edad llamada Socorro, (la protagonista en la fotografía) que contrajo una grave dolencia y tras el postoperatorio falleció. Recuerdo que vivían en Tarragona, ya que de pequeñito (el que medio se esconde en la imagen) estuve en su casa y posteriormente, tuvieron un hijo del que no me acuerdo de su nombre, supongo que le llamarían como a su padre aunque ahora, con la presentación de este escrito, estoy en lo cierto porque lo encontré con el invento del internet.

    Un día que mi padre había salido de reparto de los pedidos a los Clientes, D. Antonio invitó a mi abuelo Julián a ir con él al monte y mi abuelo aceptó encantado. Viendo la maniobrabilidad de aquel coche, lo comentó con la familia y se interesaron por adquirir uno, empezando una larga correspondencia epistolar con Metalúrgica de Santa Ana, S.A. que, por aquel entonces, solo vendía vehículos Land Rover al Gobierno o a los accionistas.

    Un tiempo después, Metalúrgica de Santa Ana, S.A. incorporó el motor rover diesel de 4 cilindros y 14 CV a sus vehículos Land Rover Santana y empezó la fabricación del modelo 109 vendiéndolos por 243000 pesetas (más que el valor de un piso en Castellón de La Plana), de los que los 40 primeros coches fueron al Sahara en búsqueda de petróleo y encontraron las minas de fosfato en Bucraa y el nº 41 de la serie, se lo asignaron a mi padre que durante mucho tiempo circuló con matrícula provisional verde hasta que le entregaron la definitiva CS-19426 siendo el primer vehículo con motor Diesel del pueblo. Este Land Rover era ideal para circular durante el día, tenía el mismo color que los coches de la Guardia Civil y por la carretera todos los demás vehículos aminoraban la marcha llegando a pararse a su paso para cedérselo; los Guardias Civiles de servicio, se ponían firmes y saludaban a mi padre mientras él respondía con el movimiento de su mano mientras conducía. En una ocasión, al pasar por el Regimiento de Infantería Badajoz nº 26 en la avenida Cataluña de Tarragona, cuando lo vieron aparecer por la esquina del Club Gimnástico, llamaron rápidamente a la Guardia y le montaron la Guardia en la Puerta del Cuartel del Regimiento para darle novedades, aunque pasó de largo ante la atónita mirada de los presentes.

    Ocurrió que para el primer tractor Allgaier Porsche de un cilindro que compraron mis padres María Dolores y Julián para las labores agrícolas, se adquirió un remolque Ibesa de 1800 Kg. de capacidad de carga con un eje para que fuese basculante y por error del empleado de la Delegación de Hacienda de Castellón de cuyo nombre no merece ser recordado, al valorar los caballos de potencial de motor por caballos fiscales y para vehículos industriales, se le gravó con un impuesto de 5000 pesetas en un tiempo en el que el salario estaba en 25 pesetas diarias y mi padre protestó porque el conjunto era agrícola y no industrial. El revuelo desatado dentro de la Administración fue importante porque mi padre iba cada quince días a Castellón de La Plana por las gestiones administrativas de los impuestos que recaudaba y era muy conocido en la casa. Un día el Sr. Alfonso Berenguer Verdú de la Administración de Hacienda, le atendió toreándole con el libro abierto y le explicó que si fuese amigo del Instructor, éste le daría las 5000 pesetas por entender que se había equivocado y todo arreglado, pero ahora, debía satisfacer la carta de pago y resignarse, con lo que dio de baja el semirremolque y lo guardó en el almacén. Al paso de los años se produjo una expansión comercial unida a las dificultades con el transporte y el Land Rover CS-19426 solo permitía 1100Kg. de carga, con lo que se pensó en autorizar el remolque como industrial matriculándolo como CS-0027-R y para adaptarlo a la camioneta tractor, se le rebajó a una capacidad de carga a 1200 Kg. que, unida a la tara de 650 Kg. daban un buen resultado a juicio del Sr. Ingeniero Provincial de Industria de Castellón. Con ello, en cada viaje con el semiremolque, se transportaba el doble de carga, como si se hicieran dos.

    Recuerdo que de pequeño, un día llegó al pueblo un camión francés de gran tonelaje conformado por un conjunto de cabeza tractora y trailer de caja metálica cubierta y acceso trasero por dos medias puertas verticales, para llevarse planchas o láminas de piedra de la serrería, parándose en la calle Extramuros hoy D. Miquel Beltrán y medio pueblo fue a verlo; las personas mayores se extrañaban comentando que para conducir aquél grandísimo camión, solo se necesitaba de un chófer sin ayudante, aunque lo que más llamó mi atención fueron unos sensores que llevaban las ruedas gemelas de los dos ejes del semirremolque que nunca más he visto en ningún otro vehículo. ¡Nada comparable con nuestro Land Roverito Santana con su remolquito!.

    El Sr. Cura Párroco de la iglesia de Torrent (Valencia), pidió al Sr. José Gil Beltrán de Chert un altar para la iglesia del pueblo, construyéndose con una losa de piedra de su cantera de la Clossa y tan maravillados quedaron los vecinos con su trabajo de picapedrero que, al ser natural del pueblo de Torás en la provincia de Castellón, allá en la comarca del Alto Palancia, no dudó en solicitar de nuevo sus servicios para la construcción de otro altar y una pila bautismal, pero debido a las estratificaciones de su cantera, el espesor de las piedras no permitían la ejecución de la pila. Como en los pueblos pequeños todo se sabe y se comenta, llegó a oídos del Sr. Pepe "@ Brunet" que le aconsejó se acercase a las cuestas de la Mola y eligiese el tormo que más le agradase para su trabajo, resultando una aún más y muy bonita Pila Bautismal que el propio Altar por las incrustaciones de nácar de las conchas de los moluscos que contiene esta piedra jaspe, de lo que nació la idea de su comercialización y se propuso en 1960 a la Sra. Julia Beltrán Sanz como socio capitalista, pero ocurrió que con dinero y profesionalidad, no se tiene la capacidad comercial y el negocio no era rentable, por lo que Dª. Julia, cansada de inyectar capital y no obtener los beneficios esperados, traspasó las acciones a su hermana Dª. Mercedes (Mercedes Beltrán Sanz), tomando las riendas su esposo D. Paco (Francisco San Miguel Nubla), que haciendo amistad con el Sr. Barba en Barcelona y permitiéndole ser socio por conocer los mercados internacionales, empezó a florecer el negocio con el nombre de Mármoles Iberia, S.A.

    El Sr. Barba era una apasionado del mundo de la piedra y alquiló la casa del nº 20 de la calle Independencia para pernoctar cuando venía con su esposa a ver los trabajos en la cantera. En aquellos tiempos se subía a la Mola a pie o a lomos de caballería y cuando venía el Sr. Barba, como D. Paco y su cuñado el Sr. Adrián vivían frente a nuestra casa y sabían que mi padre tenía el Land Rover, le propusieron que los llevase aceptando complacido. Desde entonces, cada vez que necesitaban ir a la cantera de la Mola, llamaban a mi padre, pero ocurrió que un sábado se acercó el Sr. Barba a casa para reclamar su servicio de transporte y mi padre estaba de ruta comercial como era su costumbre desde que vino licenciado del Servicio Militar. Entendiendo mi abuelo de la necesidad del desplazamiento, le propuso acercarle él por la tarde con el tractor que lo guardaba en el almacén frente a la vivienda del Sr. Barba en el pueblo y después de comer, enganchó el remolque, puso tres sillas en su interior y los cuatro nos fuimos hacia la cantera (digo los cuatro porque en el remolque íbamos también la esposa del Sr. Barba y yo).

    Supongo que este viaje no debió ser satisfactorio para la señora y le debió dar razón por el servicio al Sr. Adrián (Adrián Marzá Segarra) que, también le debió explicar la inexistencia de contraprestación económica porque su suegra, la señora Balbina (Balbina Sanz Blasco), era muy amiga de mi abuela Vicenta por su mutua afición a las putillas de ganchillo y como cuando precisaban alguna botella de brandy, se acercaban por la destilería a comprarla, el transporte a la cantera se hacía por amistad de forma gratuita y no por negocio (de hecho, cuando falleció mi abuela Vicenta (Vicenta Ortí Ferreres), por atención y agradecimiento, el Sr. Barba quiso regalarle a mi abuelo la lápida de mármol blanco que hay en el nicho del cementerio del pueblo).

Land Rover Santana de Julián Segarra Ortí.

    En principio, los bloques de piedra que se sacaban de la cantera, se tiraban desde encima del cingle y abajo, con unos gatos mecánicos y unos rodillos de madera seca de troncos de pino, se acercaban a la plataforma del remolque que los Sres. José Mular Ortí y Joaquín Saura Sanz bajaban con un tractor a la serrería del pueblo. Como el negocio prosperaba, decidieron instalar una grúa en la cantera de la Mola y precisaron construir un acceso a la cima. El día de su acabado, estaban en el Molló (la vaguada entre la Mola Gran y la Mola de Les Calderes), a la espera de subir a la Mola con el coche y el Sr. Barba tomó varias fotografías de las que le regaló dos a mi padre. Una es la que presento en este artículo por ser el primer vehículo motorizado que accedió encima a la Mola de Chert y otra que tomó a la bajada. (Quiero añadir que esté Land Rover Santana también fue el primer vehículo que subió en el año 1962 por la calle Fredes de Chert).

    Debido a que mi padre circulaba continuamente por la provincia haciendo las visitas a los clientes y los repartos de los pedidos de  los licores SEGARRA a quienes le favorecían con la compra, se popularizó mucho la adquisición de estos vehículos porque en todos los pueblos había alguien que le preguntaba. De origen llevaba las ruedas Winter-Traction de Firestone pero a causa de que muchos animales perdían los clavos de las herraduras por las carreteras, todos los meses se pinchaba alguna rueda (en los pueblos pequeños no habían talleres), después se sustituyeron los neumáticos por la Tour & Country también de Firestone y ya no se pinchaba tan a menudo pero el resultado de estos vehículos no era el esperado porque los Land Rover Santana se averiaban excesivamente debido al buen trato sometido por sus dueños. Parecía como si el Land Rover de Julián Segarra de Chert era el único bueno de los que se fabricaron y vendían, por lo que Metalúrgica de Santa Ana, S.A. envió a uno de los Ingenieros a Castellón de La Plana a recabar información. Hablando con Julián Segarra Ortí, le explicó entre otros el detalle de diseño en la carrocería y fue introducido como "sugerencia del cliente favorito" en el nuevo modelo de Land Rover 109 Cazorla de 6 cilindros.

    A finales del año 1966 lo vendió a Dª. Damiana Porcar Mestre y el Sr. Manuel Vinaixa Carceller de Portell de Morella[1]. Su hijo Enrique, estuvo una temporada en Chert aprendiendo su manejo aprovechando los repartos para las fiestas de Navidad y Año Nuevo hasta cuando el día 7 de enero de 1967 por necesidad de atender la expansión comercial de la Destilería de Julián Segarra de Chert le entregaban y matriculaba con CS-44424, el primer Land Rover Santana 1300 con caja sin techo fabricado por Metalúrgica de Santa Ana, S.A. en Linares sobre el bastidor E-90600037 con la unión de las dos carrocerías de los modelos 88 y 109, ya que los 36 primeros Land Rover 1300, salieron de fábrica sin caja, solo chasis y 14000 pesetas más baratos. Durante algún tiempo circuló tapado con el toldo de vendimiar hasta que D. Luis Esteve Andrés y su hijo en su herrería de Morella le construyeron la cubierta con la sugerencia personal de Julián Segarra Ortí aceptada para el modelo Cazorla de 6 cilindros y rotulación de SEGARRA en los laterales por el compañero de servicio militar el Sr. Casimiro Teruel Soler de Vinaròs. Dispone de certificado por tiempo de validez indefinido de conjunto con el remolque CS-0027-R que ya arrastraba anteriormente el Land Rover Santana 109 de chasis nº 41 y matrícula CS-19426.

Land Rover Santana de Julián Segarra Ortí.

    En la caseta de vigilancia forestal del Monte Turmell estaba de servicio el Sr. Juanito (Juan Beltrán Meseguer), un amigo de mi padre desde la juventud. Un domingo de verano por la tarde después de comer, nos fuimos con el Land Rover toda la familia al Turmell con la merienda-cena que habían preparado por la mañana mi madrina Conchita y mi madre María Dolores. Antes de llegar a la cima, un pino había caído cortando el paso del camino y mi padre detuvo el vehículo, con la ayuda de mi abuelo y mi tío José (José Calvo Gallego) engancharon la cadena que llevaba en la caja de herramientas y tirando marcha atrás, retiraron el pino a un lado continuando el trayecto. Al llegar a la cima, el Sr. Juan se sorprendió porque sabía que el acceso estaba cortado y por el emisor de radio, había comunicado a Castellón de La Plana el incidente sin que nadie le hubiera hecho caso. Desde su punto de observación con prismáticos, cada hora llamaba al Sr. Amadeo (Amadeo Troncho Querol) de Cinctorres que estaba de vigilante en la cima de La Creu dels Gelats[2] porque desde allí no tenía cobertura radioeléctrica con la Central Forestal de Castellón de La Plana y le daba novedades. Unos minutos después, se hacía una ronda de consultas y toda la malla de la radio contestaba a su turno. Cuando se oyó en el receptor: ¡Atención Turmell!, el Sr. Juan respondió: ¡Turmell y su zona sin novedad! y a esperar a la hora siguiente. Acabado el horario de las rondas de consultas radioeléctricas diarias, cenamos en la caseta metálica acristalada de vigilancia y regresamos al pueblo, mientras tanto, mi padre tomó varias fotografías del entorno y de entre ellas, presento la que aparece mi hermana María Asunción junto con la camioneta CS-44424 en la cima del monte.

    Este vehículo venía de origen excesivamente reforzado de ballestas y al circular de vacío o con poca carga, era muy duro, por lo que mi abuelo y mi padre, retiraron una ballesta maestra del eje trasero y se mejoró la conducción, de hecho el otro Land Rover Santana idéntico que compraron cuando me concedieron el Permiso de Conducción, lleva más ballestas y más delgadas, aumentado la capacidad de carga en 170 Kg.

    En el año 1973 se adquirió el segundo Land Rover Santana 1300 al que asignaron el día 2 de enero de 1974 por matrícula CS-5489-B y me entregó a mi el viejo Land Rover Santana CS-44424 que utilicé para mis desplazamientos durante mi época estudiantil; posteriormente y tras la finalización del tiempo de Servicio Militar Obligatorio, lo empleo para acercarme al campo en las faenas agrícolas, ya que para el reparto comercial, utilizo el nuevo, pero aún conservo los dos junto con el remolque CS-0027-R.

Land Rover Santana de Julián Segarra Ortí.

    El acceso Sur al pueblo de Benlloch desde la carretera de Castellón de La Plana a Zaragoza, transcurre paralelo al barranco de La Fuente del mismo pueblo y en la intersección con la antigua Vía Augusta, se puede observar el monolito de la ilustración. Desde allí, hacia el Arco Romano de Cabanes, cruzando la rambla del Metje, trascurre con el firme asfaltado y continúa hasta el cruce con la pista del caserío de La Montalba. El resto de la Vía Augusta, hoy es usado como un camino vecinal para acceder a las fincas de labranza con el firme de tierra como aparece en la imagen fotográfica.

    De mi afición por la electrónica, hace unos años le diseñé e instalé aquel curioso, simpático, novedoso, original, único y llamativo circuito que cuando le saludaba un niño, le contestaba como si hablase a modo de escáner como el del coche fantástico de la televisión pero con luces intermitentes de color ámbar y que todos recordamos ilusionadamente porque al saludo de las personas mayores, no les hacía ni caso. También incorporé un circuito electrónico para activar un fluorescente de los empleados en las cocinas domésticas de las viviendas instalándolo en la cabina, de un megáfono, que me permitía responder al saludo de las personas de las aceras de las calles de los pueblos y posteriormente de un transceptor para comunicarme con los camioneros que coincidíamos en carretera

    La gran ventaja de los Land Rover Santana está en que la carrocería es de aluminio y ante un roce, no se oxida, pero como en todos los vehículos, la intemperie los estropea. Su tracción a las cuatro ruedas, le dan mucha estabilidad en carretera nevada y te permite acceder al interior de cualquier finca rústica pudiendo ser cargado como una furgoneta. Actualmente es un vehículo demasiado lento para ir por carretera, sus ballestas, especialmente las delanteras, son demasiado cortas y le imprimen excesiva dureza. Se empezó a construir para una carga de 500 Kg. (M-88) y como los aguantaba, se incrementaron a los 1100 Kg. (M-109), aunque por razones legislativas posteriores, se rebajó a 990 Kg. y permitir reducir la carga impositiva, para pasar a los 1300 Kg, y luego a los 1470 Kg. (M-1300) con la misma maquinaria, hasta que se fabricó el Santana 2000. Lo peor es el cambio del filtro del aceite. Cuando nació, era un gran coche comparado con lo que existía en España pero el paso del tiempo, ha convertido el Land Rover Santana como una pieza de museo en todo El Maestrazgo.

    Metalúrgica de Santa Ana carrozó algunos (M-88) y (M-109) diferentes a los que llamó ligeros, siendo adquiridos mayoritariamente por el ejército y muchas personas los vieron en las cocheras de los cuarteles durante el servicio militar o en los desfiles militares, naciendo en la conciencia colectiva el que los Land Rover se fabricaron con fines militares y a mi entender, se diseñaron para las colonias inglesas como sustituto del Jeep Willy americano y tal vez en él inspirado, fue fabricado como versión inglesa con dos ventanillas delanteras debajo del cristal del parabrisas para que entre el aire del exterior refrigerando el habitáculo y encima del techo, un sobretecho separado unos centímetros llamado panel tropical, para que a su vez, el aire circule por el hueco rebajando el calentamiento del techo y su interior, sin olvidarnos del color de la pintura que por razones termodinámicas, de las ventanas al techo es diferente y más claro de un color blanco roto marfil que sería incomprensible para el clima de las Islas Británicas. La primera serie M-88 es un vehículo de gran maniobrabilidad en cualquier lugar incluso sin acceso, con un radio de giro pequeñísimo, una tracción total y marchas tan reducidas que puede superar el avance cualquier persona andando, las otras series, por la mayor separación entre ejes hacen el radio de giro mayor, pero también se llega a todas partes.

    Durante la década de 2010 al 2020, ha estado permanentemente en la calle Independencia y fue el vehículo más fotografiado del mundo, hasta con las cámaras digitales y después con los telefonillos móviles; son muchísimas las personas que guardan un recuerdo de su visita al pueblo de Chert junto al Land Rover de SEGARRA e incluso Google Maps, retiró la cámara fotográfica de su vehículo y la colocó frente a la camioneta en el borde delantero izquierdo, presentando en internet una imagen de 360º como si de un lugar geoestratégico se tratase.

Curiosidad adicional.-

[1] Con el acceso a la tercera fase en relación a la limitación de la movilidad de las personas después de un trimestre de la publicación de R.D. 463/2020 de 14 de marzo por el que se declaraba el estado de alarma para la gestión de la situación de crisis sanitaria y la contención del avance de la enfermedad viral, he tenido la oportunidad de hablar con el Sr. Ignacio Vinaixa Porcar, hijo menor de Dª. Damiana y el Sr. Manuel, comentándole sobre este artículo y preguntando por el Land Rover Santana CS-19426, me dice que aún está operativo y en condiciones de uso cuando lo precisa.

[2] La carretera de Cinctorres a Portell de Morella pasa junto al monte de La Creu dels Gelats antes de llegar a La Roca Parda, un monte calizo dispuesto en bancos con diferentes espesores y poca inclinación horizontal, dónde un equipo francés estuvo haciendo una perforación buscando petróleo y a los 2 Km. de profundidad, se percataron que la broca se ladeaba habiendo tomado la grieta de una sima, por lo que la retiraron de su lugar junto a toda la infraestructura y empezaron de nuevo en sus inmediaciones hasta que abandonaron el proyecto. Gracias a la buena comunicación rodada, el Sr. Amadeo subía todos los días con su moto a realizar el Servicio de Vigilancia Forestal y por las noches, podía regresar a casa para cenar y pernoctar con su esposa Dª. Esther Monserrat Grau.

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