Biografies

D. MIGUEL BELTRÁN BELTRÁN (1893-1963). MAESTRO Y ALCALDE DE XERT

Por Juan Antonio Micó Navarro


I. Introducción

     La toponimia de las calles de nuestros pueblos y ciudades suelen guardar, bajo las letras de una fría e impersonal placa de mármol, cerámica o metal, el recuerdo vivo de los momentos importantes de la vida de nuestra pequeña comunidad, o el homenaje que públicamente rendimos a aquellos conciudadanos que han trabajado desinteresadamente por mejorar y embellecer el lugar en el que nacieron o eligieron para vivir.

     El paso de los años, no obstante, hace desaparecer a los vecinos que conocieron y vivieron con estas personas y es necesario, para preservar la memoria colectiva y transmitir su significado a las futuras generaciones, dejar constancia escrita de quiénes fueron, qué hicieron y por qué, en un momento dado, nuestro pueblo les dedicó una calle para perpetuar su memoria.

     Este año queremos recuperar el recuerdo de Don Miguel Beltrán Beltrán, maestro de Xert y alcalde en unos años difíciles: 1927-1930, en la segunda parte de la conocida históricamente como “Dictadura de Primo de Rivera”.

     Expondremos, en un primer apartado, los datos biográficos más sobresalientes de su trayectoria humana para pasar después a hablar de las escuelas de Xert y la construcción de un edificio nuevo para las mismas, de cuyo proyecto fue alma hasta su culminación e inauguración. Por último trataremos del impulso que dio, durante su mandato al frente de la alcaldía, a la transformación urbana de nuestro pueblo, con la apertura de nuevas calles, colocación de bordillos y aceras y en especial a la traída de las aguas del Molinar, para abastecimiento de Xert, que heredó de los alcaldes anteriores y culminaría su sucesor en 1931. Fue en los años de su mandato cuando se consolidaron y avanzaron los trámites administrativos para la expropiación forzosa de 1´18 litros por segundo del caudal de la fuente del Molinar, lo que le enemistó, como había ocurrido con sus antecesores, con los usuarios y propietarios aquellas tierras.

     Queremos, antes de comenzar nuestra exposición dar las gracias especialmente a su hija, Mercedes Beltrán Doménech, la cual nos ha dejado los materiales que nos han permitido construir este trabajo, en concreto una “Agenda” y una “Libreta” personales manuscritas de su padre, Don Miguel Beltrán, en las que éste anotaba, día a día, todos aquellos acontecimientos que consideró importantes en sus años de alcalde. También nos ha proporcionado algunos papeles sueltos, como la copia que reproducimos del acta que el Ayuntamiento de Xert envió al Presidente del Consejo de Ministros en relación al pleito de las aguas del Molinar. A su amor filial debemos el poder recomponer la historia de Xert en estos años de la segunda década del siglo pasado, pues en el Archivo Municipal no se conservan las Actas de los plenos municipales anteriores a 1936.

     También queremos dar las gracias a Don José Segarra, que nos ha proporcionado datos sobre la dedicación de la calle y escuelas a Don Miguel en 1976, bajo su mandato como alcalde; a Benita y Teresa Beltrán quienes, como siempre, nos han dado toda clase de facilidades para consultar los fondos del Archivo Municipal; a Juanita Beltrán Beltrán, cuya memoria privilegiada nos ha ayudado a localizar algunas calles que no sabíamos ubicar; a Julián Segarra, que nos ha descubierto la existencia de la calle Santa Isabel, que desconocíamos y a mosén Jordi Tomàs, que nos dio todas las facilidades para consultar el Archivo Parroquial. A todo ellos debemos que este trabajo salga a la luz.

II. Biografía

     Don Miguel Beltrán Beltrán nació en Xert, a las siete de la tarde del 30 de octubre de 1893, en la casa donde habitaban sus padres, situada en Lo Perxe Fosc, actualmente nº 8 de la Plaça Vella donde la familia tenía un estanco. Fue el cuarto y último hijo del matrimonio formado por Miguel Beltrán Sanz y su esposa, María Beltrán Villarroya. Antes habían nacido sus hermanas: Dolores, María Vicenta y Leonor. Según su partida de nacimiento, era nieto, por línea paterna, de Francisco Beltrán Jovaní y Magdalena Sanz y por la materna de Miguel Beltrán Ferreres y María Villarroya Beltrán, todos naturales de Xert.

     Al día siguiente, según consta en el Archivo Parroquial, fue bautizado en la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción por el coadjutor de la misma Tomás Guardiola, actuando como padrinos del niño, Miguel Beltrán Sanz y Manuela Doménech Sanz.

     Don Miguel cursó sus estudios primarios en las escuelas de Xert. Curiosamente, entre la escasa documentación que se conserva de principios del siglo XX en el Archivo Municipal, en la caja que contiene la documentación concerniente a las escuelas municipales de aquellos años, se conserva un libro Registro de matrícula de alumnos. En él, el asiento nº 1 lo ocupa don Miguel Beltrán, de 12 años de edad. Aunque no lleva fecha, podemos datar el libro, por la edad del personaje, en 1905. También se indica el nombre de los padres y el domicilio familiar en la entonces denominada Plaza Mayor.

     Acabados los estudios primarios se trasladó a la ciudad de Valencia, en cuya Escuela Normal de Maestros cursaría la carrera de Magisterio, obteniendo el título de Maestro de Primera Enseñanza Superior, el 17 de julio de 1914, según consta en su expediente, conservado en el Archivo Histórico de la Universidad de Valencia.

     Entre 1915 y 1920 ocupó, como interino, la plaza de maestro en las escuelas de La Pobla de Vallbona, en la provincia de Valencia y más tarde la de Herbés en la de Castellón, según información oral de su hija Mercedes.

     En 1920 pasó a ocupar, ya en propiedad, la plaza de maestro de Vilafamés, que permutó ese mismo año, con un compañero, por la de Xert. Una vez en el pueblo, contrajo matrimonio, el 8 de enero de ese mismo año, con la también xertolina María Mercedes Doménech Doménech y, a finales de año, nacería su primera hija: Mercedes.

     Tres años más tarde, en 1923 nacería su hijo Adolfo y en 1925 otra niña: Alicia.

     El reinado de Alfonso XIII se había caracterizado, desde sus inicios, por sus notables convulsiones sociales: el nacimiento pujante de los sindicatos obreros de izquierdas con sus reivindicaciones sociales, los actos terroristas de los colectivos anarquistas, especialmente activos en Cataluña, de los que sería víctima el propio Rey el día de su boda y en una visita a París, el caciquismo prepotente de los terratenientes que dominaban la política rural, el pistolerismo de la patronal y el naciente nacionalismo catalán. Todo ello había llevado a una profunda crisis social que el monarca y los sucesivos gobiernos parlamentarios no supieron controlar. En esa situación tan complicada, Miguel Primo de Rivera, en aquel momento Capitán General de Cataluña, después de consultar con los principales militares que estaban al frente de las Capitanías Generales y, con el beneplácito de Alfonso XIII, dio un golpe de estado el 13 de septiembre de 1923, proclamando la dictadura militar y suspendiendo la constitución y el sistema parlamentario. Esta situación excepcional duró de 1923 a 1925. En esa fecha debía haberse restablecido el sistema de partidos y la normalidad democrática pero Primo de Rivera decidió seguir en el poder, creando un partido único: Unión Patriótica, que debía ser contrarrestado por el Partido Socialista, como posible alternativa de gobierno. Esta situación, que comenzó el 3 de diciembre de 1925, conocida como Directorio civil, duró hasta su renuncia al cargo de Jefe de Gobierno. Este directorio debía constituir una Asamblea y redactar una nueva Constitución de orientación conservadora. Pero la división de las derechas, la unión de las fuerzas de izquierda: republicanos, socialistas y comunistas y la pérdida de confianza de Alfonso XIII en el general, le llevó a la renuncia y al exilio el 28 de enero de 1930, siendo sustituido por el General Berenguer.

     Una de las partes positivas de esta etapa del Directorio fue el saneamiento de la Deuda pública, bajo la presidencia de José Calvo Sotelo como ministro de hacienda. Esto condujo a la mejora de las infraestructuras y la realización de grandes obras públicas, en especial carreteras, que tendrían, como veremos, un reflejo en Xert.

     En este segundo período de la dictadura fue en el que ocupó la alcaldía Don Miguel Beltrán, el año 1927. Ese mismo año nacería su último hijo, Miguel.

     Por una anotación que encontramos al comienzo de su “Agenda”, sabemos que en esos años Don Miguel vivía con su familia en la calle Eras nº 2, pesaba 57 kilos y medía 1´70 metros.

     Su actividad al frente del municipio se centraría en la transformación urbana de Xert y en especial en dos grandes proyectos, cuyo desarrollo le debemos en gran parte y de los que aún hoy nos beneficiamos: el nuevo grupo escolar y el impulso decisivo a los trámites para la traída de las aguas del Molinar. De ambos hablaremos más adelante.

     El 30 de enero de 1930 presentó su dimisión como Alcalde de Xert. Algunos temas, como el del agua, le ocasionaron disgustos y enfrentamientos con parte de los vecinos afectados, pero creemos que actuó siempre con rectitud y tranquilidad de conciencia. Así se constata en una última anotación que hace en su “Agenda”, el 6 de marzo de 1930:

     “El día 6, se hizo acta de arqueo del presupuesto ordinario, con un total de existencias de 12.196´56 pesetas y en el extraordinario por el grupo escolar con un total de existencias de 949´70 pesetas para completar la aportación de materiales de cal, piedra y arenas, después de lo cual entregué las llaves, dando gracias a Dios por haber terminado ya mi intervención”.

     Don Miguel seguiría al frente de una de las escuelas de niños de Xert y llegaría a inaugurar el grupo escolar, por el que tanto luchó. No hemos podido localizar la fecha exacta, pero lo situamos entre 1930 y 1931, pues en un impreso de Estadística Escolar, fechado el 2 de noviembre de este último año, conservado en el Archivo Municipal, podemos leer que el edificio de la escuela es de nueva planta, propiedad del municipio, con servicios higiénicos y asisten 66 alumnos a clase de Don Miguel.

     El 12 de octubre de 1934 cesó como maestro de la escuela nacional de niños nº 1 de Xert, “por haber sido nombrado, en virtud de traslado voluntario, para igual cargo, de Tortosa (Tarragona)”, según consta en el Libro de Actas de la Junta de 1ª Enseñanza, conservado en el Archivo Municipal, al que aludiremos más tarde.

     En Tortosa permanecería la familia hasta 1941, pasando allí el período de la Guerra Civil. Para evitar los peligros de la cercanía al frente, Don Miguel Beltrán llevó a sus dos hijos pequeños, Alicia y Miguel, a Xert con la abuela materna, permaneciendo los mayores, Mercedes y Adolfo con los padres. Ello provocó que, cuando las tropas del general Franco llegaron a Vinaroz, la familia quedó incomunicada por un tiempo: unos en zona republicana y la abuela y los pequeños en zona nacional. Afortunadamente ninguno sufrió daños y pudieron reunirse pronto.

     Acabada la guerra la familia se planteó el traslado a la ciudad de Valencia pues el hijo mayor, Adolfo, quería ingresar en la Escuela Normal de Magisterio, para seguir la carrera paterna. Así Don Miguel Beltrán pidió la excedencia por un año, reingresando en 1942 en el magisterio, siendo destinado a la población de Xirivella y después a Mislata, ambas cercanas a Valencia. Así mismo la hija mayor, Mercedes, entró en la Compañía Telefónica, ayudando con su sueldo al sostenimiento de la familia, mientras los pequeños estudiaban todavía.

     En 1946 el hijo mayor, Adolfo, fue destinado como maestro a la escuela nacional de Benavites, pueblo cercano a Sagunt, por lo que Don Miguel solicitó la permuta de su plaza con una en dicha población, con el fin de que la familia estuviera reunida. Aquí se jubilaría en agosto de 1962, muriendo en Valencia el 16 de junio de 1963.

     Unos años más tarde, el pleno del Ayuntamiento de Xert celebrado el 30 de agosto de 1975, bajo la presidencia del entonces alcalde Don José Segarra, acordó dedicar la calle denominada Extramuros y las escuelas municipales a Don Miguel Beltrán Beltrán.

     Al año siguiente, 1976, en un emotivo acto al que asistieron su viuda e hijos, se inauguró la placa que lleva el nombre de quien se desvivió por conseguir unas escuelas dignas para nuestra población.

III. Las escuelas de Xert (1927-1930)

D. Miguel Beltrán y sus alumnos.

     El estado de la instrucción en la España rural, en las primeras décadas del siglo XX, dejaba bastante que desear: un alto índice de analfabetismo producido por la falta de medios materiales de las escuelas y los edificios dedicados a la enseñanza pública; inasistencia de parte de los alumnos, debido a la población dispersa en masías y al estado de pobreza de las familias, que hacía necesaria la colaboración de la mano de obra infantil en las tareas agrícolas para poder subsistir y un desinterés notorio por parte de los sucesivos gobiernos de la nación, por invertir en este aspecto fundamental del progreso de los pueblos: la educación. No será sino con el advenimiento de la II República, cuando se de un impulso realmente importante a la renovación pedagógica y a las infraestructuras educativas.

     Para constatar que no hablamos con palabras vacías de fundamento ni que Xert fuera una excepción en esa época, en el conjunto de la Provincia de Castellón, en cuanto a la deficiencia de sus escuelas, reproducimos un párrafo del informe redactado por el Inspector Provincial de sanidad de la Provincia, Dr. D. José Clará, publicado en 1914. En él dice que el número total de escuelas de la Provincia es de 325 y respecto a su salubridad, 130 están en condiciones tolerables; 139, tolerables mediante reformas y 56 insalubres en absoluto. Y añade:

     Téngase en cuenta que, para hacer esta clasificación se ha adoptado un criterio tan ancho que no se consideran como insalubres más que aquellos locales que realmente son un peligro para la salud de los alumnos; y que, en lo relativo a reformas, sólo se exigen las más indispensables, que de ningún modo pueden ser superiores a las condiciones económicas de los Municipios; y que se refiere exclusivamente a condiciones higiénicas de los locales, no a las condiciones pedagógicas ni a las referentes al menaje escolar. Porque bajo este aspecto podría asegurarse que no hay un solo local escolar en la provincia que los reúna…”

     ¿Dónde estaban situadas las escuelas nacionales antiguas de Xert y en qué condiciones? ¿Quiénes fueron los maestros y maestras que desarrollaron su labor pedagógica en esos años? Afortunadamente disponemos de una fuente de archivo que nos permite hacernos una idea de ambas cosas: el Libro de Actas de Junta de 1ª Enseñanza, conservado en el Archivo Municipal de Xert, que comienza en 1923 y que abarca el período en que Don Miguel Beltrán fue Alcalde y, por tanto presidente de dicha Junta. Por otra parte tenemos las noticias a este respecto entresacadas de su “Agenda” y “Libreta”, lo que nos permite tener una visión bastante acertada de la situación.

     El 25 de febrero de 1927 se acordó, en el Pleno municipal, pedir la construcción de nuevos locales para escuelas, y el 3 de marzo ya encontramos a Don Miguel Beltrán presidiendo, como Alcalde la Junta de 1ª Enseñanza. Unos días más tarde, en el Acta del día 31, se hace constar el cese del maestro interino Don José Diego Ferreres “de la Escuela nacional unitaria”, situada en la calle de San Vicente nº 21, por haber sido nombrado su propietario Don Manuel Castell, quien tomó posesión el 1 de abril, con “el sueldo anual de tres mil pesetas y demás emolumentos”. Por esta acta sabemos que las escuelas eran unitarias, o sea que reunían a los niños y niñas de todas las edades. Había dos escuelas por sexo: dos para niños y dos para niñas y estaban situadas en la calle San Vicente nº 20, 21 y 22, a la altura del actual Ayuntamiento, acabando aquí la calle San Vicente, a la parte posterior de la cual se accedía por un estrecho callejón de comunicación.

     El 13 de mayo del mismo año realizó una visita de inspección Doña Rosa Consuelo Alonso y Benayas. En ella alaba la brillante labor pedagógica que realizaba la maestra Doña Purificación Morant:

     “Quien nunca decae, antes bien va cada día presentando mayores progresos e inquietudes para llevar a su Escuela cuanto puede favorecer su patriótica obra educativa”.

     También sabemos, por esta visita que la matrícula era, en 1927, de 45 y 61 niñas, respectivamente y que el material “es deficiente en ambas Escuelas, debiendo por ello aumentarse y reformarse”. Y continua la Inspectora diciendo:

     “Que siendo los locales los mismos que en veces anteriores y en las mismas condiciones, ninguna de las reformas y reparaciones pedidas por nosotros se ha atendido.

     Ahora bien, como está al frente de los destinos de este pueblo un profesional [Don Miguel Beltrán] y nos consta el interés que por todos estos casos tiene, como tenemos la creencia de que será secundado por esta Junta el Ayuntamiento que preside, esperamos confiadamente en que no sólo se harán las reparaciones más precisas, si no que se construirá nuevo grupo escolar digno de un pueblo culto, de unas Autoridades conscientes de sus deberes y amantes de la educación como base de la prosperidad de los pueblos”.

     El 19 de junio se envió, según las anotaciones de Don Miguel el expediente completo para la construcción de las escuelas y el 21 de julio, el cuestionario de materiales y jornales de la oficina de construcción de las mismas, debidamente cumplimentado. Cuatro días más tarde, el 25, “se recibió oficio de la Dirección General de 1ª Enseñanza, aprobando el solar y ordenando la entrega del mismo al maestro de la Escuela nacional nº 1[que era Don Miguel Beltrán] para su cesión al Estado.”

     La formación permanente de los maestros está presente entre las inquietudes de Don Miguel. Así, el 31 de octubre consigna que los maestros de Xert se desplazaron a Morella para asistir a las conferencias que impartió el Inspector de la provincia Don Ramón Fagella.

     El 30 de diciembre de 1927 anota Don Miguel que “se terminó la obra del patio de las Escuelas de Anroig”.

     Los días 9 y 10 de febrero de 1928 visitó las escuelas de niños el Inspector don Ramón Fagella. El acta correspondiente, anotada en el Libro de Actas el día 11 dice:

   “1º.-   En la Escuela Nacional nº 1 existe una matrícula de cuarenta y dos, asistiendo treinta y ocho alumnos en el momento de la visita.

   2ª.-   En la Escuela Nacional nº 2, la matrícula es de sesenta y dos y la asistencia era de cuarenta en el momento.

   3º.-   La Escuela mixta del anejo Anroig cuenta con una matrícula de veinte y siete. En el acto de la visita están presentes quince.

   4º.-   El Maestro Don Miguel Beltrán obtiene de los alumnos de la Escuela nº 1 buenos resultados; estos se manifiestan en el estado de la instrucción en las materias del programa escolar en general, si bien algunos aspectos podrían desarrollarse con mayor intensidad. En cuanto a la formación de buenos hábitos, atención y comportamiento, lo que se ha logrado es excelente.

   5º.-   Los alumnos de la Escuela nº 2, que está confiada a Don Manuel Castell se encuentran en un nivel aceptable de conocimientos y educación.

   6º.-   El Maestro de la Escuela de Anroig, Don Enrique Oliver, desenvuelve una labor cuidadosa, obteniendo provechos medianos en la enseñanza.

   7º.-   Los locales de las tres mencionadas Escuelas ofrecen condiciones muy desiguales. El de Anroig es satisfactorio; pero las dos del casco de la población son inadmisibles, y de ellas particularmente la Escuela nº 2, es pernicioso desde todos los puntos de vista. Es por tanto de desear llegue pronto a buen término la construcción de Locales escuelas, cuyo expediente está tramitado, habiéndose entregado el solar al Ministerio”.

     Como consecuencia de esta visita de inspección se hicieron algunas reformas en dicha escuela, que quedaron reflejadas en el Acta de la Junta Local de 7 de agosto de dicho año. Se dice al respecto:

     “Dada cuenta de la visita de inspección a las Escuelas Nacionales de Chert, se ha procedido al blanqueo y desinfección de los locales, aseo de los pisos de entrada y enlucido de la fachada, ya realizado por el Ayuntamiento, quedando los locales provisionalmente en condiciones aceptables para el funcionamiento, ínterin se resuelve expediente en tramitación para la construcción del Grupo Escolar de esta localidad”.

     El 27 de octubre de 1928 vuelve la inspectora Doña Rosa Consuelo Alonso Benayas y, después de volver a alabar la labor que realiza Doña Purificación Morant, en cuya escuela “como siempre se sigue despertando la inteligencia de las alumnas, fortaleciendo la voluntad y desarrollando las facultades superiores a la vez que se adquieren los conocimientos necesarios…” nos dice que la matrícula de niñas es de 45 y 55 en cada escuela, y vuelve la inspectora a criticar el estado lamentable de los locales y que, aunque ya está tramitándose las nuevas escuelas:

     “lo que no admite espera y por ello creemos se hará inmediatamente es el arreglo de los retretes, en los cuales ha de ponerse cerradura a la puerta, arreglar ésta y poner una tabla para asiento de los mismos”.

     Los ceses y cambios de maestros eran constantes. Así el 30 de septiembre de 1928 cesa Doña María Beltrán Romeo, maestra propietaria, que pasa a la población valenciana de Turís; el 2 de octubre tomó posesión, como interina, Doña Josefa Guarch Sánchez; el 2 de febrero de 1929 tomó posesión, como interino, Don Antonio Carda Vicedo de la escuela mixta de Anroig y el 7 de febrero falleció “D. Enrique Oliver, maestro de Anroig en el caserío, en estado muy miserable”. Este último dato nos recuerda la penuria económica de los maestros rurales que, con un sueldo escaso, debían hacer frente a un tema vital para el progreso social: la educación.

     El 14 de mayo cesaba Doña Josefa Guarch Sánchez: había estado tan solo siete meses al frente de su escuela en Xert. Ocupaba esa plaza la nueva propietaria, Doña Amparo Sancho Terrasa.

     Un mes más tarde, el 14 de julio, aparecía publicado en la Gaceta de Madrid, precedente del Boletín Oficial de estado, la real Orden aprobando el proyecto para la construcción por el estado de las cuatro escuelas solicitadas. A los dos días, el 16, se tomaba Acuerdo del Pleno Municipal para la “expropiación de la calle Rosendo y huerto.” También se acordaba pedir empréstito bancario par poder llevar a término la construcción. En efecto: como ocurre actualmente, el Estado no siempre paga de inmediato las subvenciones que concede, sino al finalizar la obra y presentar facturas y, muchas veces, hay que adelantar el dinero para poder hacer las obras. Así, el Ayuntamiento de Xert solicitó parte del dinero al Banco de Crédito de Zaragoza, para lo cual puso como garantía los solares de la Casa cuartel de la Guardia Civil y de las antiguas escuelas. El dinero, que ascendía a 5.000 pesetas, se recibió el 15 de octubre de 1929:

     “mediante cuatro letras que se pusieron en circulación firmadas por cuatro concejales y aceptadas por otros cuatro de 1.250 pesetas cada una, liquidables a 20 días”.

     En otra anotación realizada por Don Miguel el día 17 consta el viaje del Secretario del Ayuntamiento a Castellón, para ingresar las 15.092´74 pesetas, importe total de la aportación al grupo escolar. Dicha cantidad se había reunido de la siguiente manera: 5.000 pesetas procedentes del Banco de Crédito de Zaragoza; 2.000 pesetas recaudadas de células; 6.000 pesetas de caja y 2.092´75 pesetas de los recaudadores.

     Las obras comenzaron el 27 de noviembre de 1929 y calculamos que debieron terminar a finales de 1930 o comienzos de 1931. Don Miguel había contribuido, con la construcción de las nuevas escuelas, a dar un importante empuje a la formación y la cultura de Xert.

     Aún queremos anotar el cese de Doña Purificación Morant Guillem, la maestra tan querida por sus alumnas y alabada por la inspectora, que se produjo el 31 de diciembre de 1929, por haber sido nombrada propietaria de la Escuela nacional unitaria nº 17, Grupo C, de Madrid.

     Hay también una pregunta que, como yo, posiblemente se hagan muchos al leer este trabajo: ¿Y las escuelas de la Barcella, cuyos alumnos se reunieron el verano pasado? Hemos encontrado la respuesta en el ya tantas veces citado Libro de Actas de la Junta de 1ª Enseñanza. Fue ya en época de la II República, el 3 de julio de 1932, cuando el Consejo Local de 1ª Enseñanza acordó:

     “después de amplia deliberación y teniendo en cuenta que en la partida de la Barcella, de este término municipal, donde hay un censo escolar de 43 niños de ambos sexos, se carece de toda instrucción, y en que la distancia mínima es de 5 Km. a esta población y las pésimas vías de comunicación con la misma hacen que no sea posible asistir a estas Escuelas y toda vez que el Ayuntamiento dispone de un local a tal efecto, este Consejo acordó que, con toda urgencia, se solicite de la Dirección General de 1ª Enseñanza la creación de una Escuela mixta servida por Maestro en San marcos, partida de la Barcella, de este término.

     Estas Escuelas comenzaron a funcionar en 1934, teniendo, según recuerda Juanita Beltrán Beltrán, a Don Vicente Far Romero como primer maestro.

IV. El alcalde Don Miguel Beltrán (1927-1930)

     Como hemos visto, en marzo de 1927, Don Miguel Beltrán firmaba ya como Alcalde Presidente de la Junta de 1ª Enseñanza, aunque desconocemos la fecha exacta en que tomó posesión de la alcaldía. Su mandato estaría, como constataremos, lleno de iniciativas y trasformaría el núcleo histórico de Xert.

     Para hacer más amena la información que nos proporciona su “Agenda” y su “Libreta” personal, hemos dividido su contenido por materias y, dentro de éstas, lo hemos estructurado cronológicamente.

Agricultura y arbolado

     El 16 de junio de 1927 Don Miguel nos informa de la “sesión de la Junta Agrícola, pidiendo sea obligatoria la sulfatación de los olivares”.

     En 1928 encontramos dos nuevas noticias: la recepción en el Ayuntamiento, el 18 de enero, de un “anuncio de la Comisaría de Seda que remitía 20 moreras, dando instrucciones para plantarlas”, lo que se hizo a finales de ese mes en el camino de Canet y, el día 17, anota que se plantaron otras 60 moreras más repartidas entre el mencionado camino, en la calle San Mateo y la del Horno, lo que nos indica más un motivo ornamental que de aprovechamiento agrícola. También se plantaron chopos y arces en el Toll y olivares en el paseo de la Independencia.

Automóviles

     El 23 de abril de 1927, realizó una visita a la población un capitán, para la revisión del censo automovilístico, el cual desconocemos, aunque debía ser muy escaso.

Banda de música

     Aunque sabemos que la fundación de la Unión Chertolinense data de principios del siglo XX, Don Miguel Beltrán y su equipo de gobierno le dieron un nuevo impulso. Así vemos cómo el 25 de octubre de 1927 se “remitieron a Valencia los instrumentos para su recomposición” el 26 anota que se ofreció “el maestro de música de Catí, desde Barcelona, para la enseñanza del solfeo” y el 5 de diciembre de ese mismo año se recibió el talón de “los instrumentos nuevos que se han adquirido en número de 10”. Tanto el ofrecimiento del director como la reparación de los instrumentos existentes y la compra de otros diez, nos hacen pensar que la banda había desaparecido temporalmente y se intentó ponerla nuevamente en marcha.

     El 14 de enero de 1928 nos dice Don Miguel que “se repartieron nueve instrumentos a los niños”; el 1 de febrero, se recibieron algunos instrumentos, ya arreglados, de Valencia y el día 6 envió “una carta a Unión Musical- importante tienda de instrumentos y partituras de Valencia, sita en la calle de la Paz- que faltan y facturas, dando instrucciones para que avisen antes de girar”. Estos se recibieron el 16 de febrero, con lo que, pensamos que la banda de Xert dispuso ya de todo el material necesario.

     Así, el 14 de agosto de 1928, día del inicio de las fiestas patronales, Don Miguel anota: “Inauguración de las fiestas con debut de la Banda”. Se refiere, sin suda, al primer acto de la Unión Chertolinense, una vez reconstituida. En diciembre, el día 25, “por la noche salió la música para hacer serenatas y al final les preparamos una taza de chocolate en la Sociedad”.

     En enero de 1929 vemos a la banda de Xert acompañando ya al Ayuntamiento en los actos oficiales: los días 1 y 6 a misa, haciéndose público ese último día “los mayorales de San Vicente a cargo de los músicos”. Esta festividad se celebró el 8 de abril, como veremos al hablar de las fiestas religiosas.

Biblioteca pública

     En la legislatura de Don Miguel Beltrán se creó una biblioteca pública que, creemos, es la primera y única que ha tenido nuestra población hasta nuestros días. Así, el 22 de marzo de 1927, nada más tomar posesión de la Alcaldía, encontramos esta anotación:

     “Suscripción a manuales Gallarch para comenzar la fundación de Biblioteca municipal, que señala R.D. de 6 de febrero de 1926”.

     Como maestro, vio enseguida la necesidad de proporcionar al pueblo un centro donde, especialmente los estudiantes, pudieran adquirir los conocimientos necesarios para su crecimiento intelectual.

Caza y animales domésticos

     El 15 de febrero de 1927, el Ayuntamiento publicó un bando anunciando que, en ese día, comenzaba la veda de caza, y el 25 del mismo mes se hizo público otro acuerdo, ordenando que se lleven “los perros atados con bozal, de lo contrario se les dará bola”. El mes siguiente, el 20 de marzo, se publicaba un nuevo bando indicando que se embolaría todo el término municipal los días 21, 22 y 23 de dicho mes.

Ermita de San Marcos

     Respecto a la ermita de San Marcos, además del acuerdo de celebración de la fiesta, tan sólo encontramos una noticia digna de reseñar: el Ayuntamiento acordó, en el pleno celebrado el 21 de abril de 1929 la compra de una cama “que adquirimos en Traiguera, en casa de Tomás Carceller, por precio de 45 pesetas. Se compraron también telas para el colchón y para un almohadón”. Desconocemos la finalidad de dicha cama, pues como ya sabemos, la escuela de la Barcella no funcionaría hasta 1934. ¿Sería para algún ermitaño?.

Fiestas

     Este apartado lo hemos agrupado en tres secciones: las fiestas patronales, otras fiestas religiosas y fiestas profanas.

Fiestas patronales

     La primera noticia que nos proporciona Don Miguel hace referencia al 15 de agosto de 1927, “fiesta de Nuestra Señora de la Asunción, con asistencia del Dr. Ferreres [mosén Federico] con otros curas; Misa solemne con música de San Jorge. Bailes en la era y por la noche, en la plaza, con disparo de castillo de fuegos artificiales y traca”. El que participara este año la banda de Sant Jordi y no la de Xert, nos confirma que la Unión Chertolinense no debía estar en activo aquellos años y por tanto, la compra de instrumentos que hemos visto pretendía revitalizarla.

     El día 16, festividad de San Roque la fiesta se hizo “sin música. Solamente el dulzainero de la localidad. Sorteo de carafals al salir de misa”, y el 17 de agosto se celebraron “carreras de caballos y pedestres y después, construcción de la plaza de toros”.

     Apartado especial, dentro del programa de fiestas de 1927, ocupan, como en la actualidad, los toros que reúnen el mayor número de xertolins y forasteros. Así, consta que el día 18 fue el “primer día de toros, con debut de aficionados catalanes y hubo un herido de carácter leve, con herida de 3 cm. en el escroto, sólo la piel. Por la tarde ya toreó el herido y transcurrió sin incidentes”. El 19, fue el segundo día de la fiesta taurina y el 20 “a instancias de D. Federico [Ferreres] se hizo un día de toros en la calle Valencia, que resultó muy animado”. El 21, “los mozos, acuciados por el éxito del día anterior pagaron 135 pesetas por otro día de toros en la misma calle”. El gasto del ganadero y las reses lo pagó el Ayuntamiento.

     Como en la actualidad, las fiestas acabaron con una comida campestre. Los miembros del Ayuntamiento tuvieron “comilona… los concejales con sus señoras y los cuatro guardias”. El gasto total de las fiestas ascendió a 2.370´10 pesetas, con cargo al presupuesto municipal.

     En 1928, el día de comienzo de fiestas que fue, como en la actualidad, el 14 de agosto, se celebró: “con debut de la Banda y al anochecer, disparo de una ruidosa traca”; el día 15, “fiesta de la Asunción, con castillo de fuegos y traca por la noche en la plaza”; el 16 “fiesta de San Roque, igual que la anterior, menos traca”.

     El día 17 comenzó la parte profana de las fiestas con “carreras de caballerías en Pla Rull y, por la tarde, cucañas, que no aceptaron los jóvenes. Al atardecer, se animaron algo y bajaron los gallos. Por la noche, baile también el la plaza y castillo de fuegos”.

     El 18 de agosto se celebraron “carreras de bicicletas, con 15, 10, 5 y 2 pesetas de premio y 5 pesetas al que dio las dos primeras vueltas. Por la tarde, carreras con cintas, que resultó muy bonita, con buenos premios y baile en calle Valencia y por la noche, una ruidosa y hermosa traca de final de fiestas”.

     El 19, domingo, “fue la octava, con asistencia de Música y autoridades a la procesión” y el 20 “fiesta de comilona en el Ayuntamiento”. Los gastos totales de ese año ascendieron a 1.962´25 pesetas, con cargo al presupuesto.

Otras fiestas religiosas

     Entre las otras fiestas religiosas a las que asistía el Ayuntamiento en estos años destaca, como es natural, la de San Marcos. A este respecto Don Miguel Beltrán anota en su “Agenda”, el 19 de marzo de 1927, que en el Pleno de ese día se tomó el acuerdo de celebrar la romería el día 24 “por coincidir con San Vicente”. Los gastos de dicha fiesta ascendieron a 105 pesetas.

     El día 25 se celebró la festividad de San Vicente, “con asistencia de autoridades y Comandante auxiliar de Somatenes, D. Constantino Gómez”.

     Además de estas celebraciones a los patronos de Xert, encontramos también reflejada la asistencia corporativa del Ayuntamiento el 2 de mayo al “Comulgar de enfermos de la parroquia” y el 16 de junio al Corpus tanto a la misa como a la procesión; el 19 del mismo mes asistieron a la “fiesta al Corazón de Jesús y a la procesión”.

     En 1928 encontramos consignada, el 6 de enero, la presencia de las autoridades en la misa de la fiesta de Reyes y el 17, día de San Antonio Abad, “fuimos a misa el Ayuntamiento pleno invitados por el Sr. Cura, que representaba como mayoral”.

     El 2 de febrero acudieron a la misa de la fiesta de la Candelaria y el 7 de junio a la del Corpus, y acto seguido a la procesión. Tres días más tarde a la Octava del Corpus y a la del Corazón de Jesús. En ese día “no fuimos a dicha procesión por querer empeñarse algo el Sr. Cura al querer hacer el refresco en su casa”. Esta anotación denota que las relaciones entre Mosén Miguel Segarra y el Ayuntamiento eran algo tensas.

     En 1929, el 8 de abril, se celebró la fiesta de San Vicente, con la particularidad de que ese año los mayorales fueron los músicos. Dice Don Miguel que estas fiestas “resultaron animadas y divertidas, con buena oferta y buena recaudación resultante del sorteo del cordero, recolecta al salir de misa, venta oferta y segunda oferta”.

     El 2 de junio fueron a la fiesta del Corazón de Jesús y a la procesión de la octava del Corpus. “Casi se decidió no volver otro año a la misa de ese día y hacerlo sólo por la tarde”.

Fiestas profanas

     En cuanto a fiestas profanas, desvinculadas de una motivación religiosa, tan solo hemos localizado una anotación del 27 de febrero de 1927, relativa a un “Bando por Carnaval”.

Montes y pastos

     La masa forestal del Turmell y los pastos situados sobre Les Moles, eran una fuente de ingresos para las arcas municipales de esta época. Por ello el Ayuntamiento vigilaba cualquier incidencia que pudiera producirse en este terreno.

     Así, el 23 de enero de 1927, Don Miguel Beltrán anota: “Fuimos als Masets la comisión de montes y guardas forestales para la entrega de pastos al rematante”. Y el día 30 de septiembre nos dice: “Subasta pastos Turmell para 5 años, quedando a favor de Compost, el socio de Juan de Puso. Firma del contrato directo de los montes Mola y Font del Albi. La del Turmell por 657 pesetas”.

     En agosto de 1929, el día 2, encontramos un conato de incendio, que afortunadamente no tuvo graves consecuencias:

     “La víspera vino aviso de Fuente de la Sierra, comunicando se había declarado un incendio en Turmell y salí con el Juez y una brigada de peones, pero al llegar allí no vimos ni fuego siquiera, habiéndose quemado poca extensión de leña baja, con pérdida de media docena de pinos. Dada la poca importancia no dimos cuenta del hecho, por no tener ni rastro ni sospecha de un mal intencionado y calificarlo de hecho casual”.

Organización administrativa del Ayuntamiento

     Existe una serie de anotaciones que permiten acercarnos a la organización administrativa del Ayuntamiento de Xert, como son las convocatorias de plazas o la compra de materiales.

Concejanes del Ayuntamiento.

     La primera anotación a este respecto data del 19 de febrero de 1927 en que se “entrega a los serenos un capote para cada uno”. El 18 de marzo, se “anunció a concurso de vacante de auxiliar, recaudador, campanero y encargado del reloj. Idem de practicante” y a finales de ese mes, el día 26 se firmó el “contrato de compra de máquina de escribir, por 150 pesetas”.

     En el Pleno celebrado el 6 de abril se aprobó el “nombramiento interino de guardia. Idem del Reglamento de los Empleados Municipales. Idem, nombramiento de serenos y policía urbana”, sin que se especifique el nombre de las personas elegidas. El 22 del mismo mes, se desplazaron a Xert el “Alcalde de Vinaroz, con el Juez Municipal y abogado Sr. Delmás, para intentar la agregación de Chert al partido de Vinaroz”.

     El 16 de mayo se celebró nuevo pleno, en el que “se aprobó un presupuesto extraordinario, se resolvió el concurso en propiedad, nombrando practicante, auxiliar, serenos, campanero y policía urbano. También se aprobó el pliego de condiciones para la subasta de pesas y matadero y se acordó rotular la Plaza Nueva, lo cual dejamos para contarlo en el apartado urbanístico. El 25 de ese mes “se recibió oficio de Gobierno Civil, comunicando estar aprobados los reglamentos de funcionarios municipales”.

     En noviembre, el día 17, se nombró “guarda jurado de la Masía de Llansa a favor de Pepe.”

     En el transcurso de 1928 tan sólo encontramos una anotación, correspondiente a la gestión municipal, referida al alistamiento de mozos para el Servicio militar. Fueron 36 en total los quintos de ese año.

Sanidad e higiene

     Además, de las noticias que nos da Don Miguel Beltrán en su “Agenda” y “Libreta”, queremos incluir una instancia, cuya copia conserva su hija Mercedes, en la cual se resume, de forma bastante concisa, toda la problemática que la traída de aguas del Molinar, para el abastecimiento de Chert, llevó consigo. No podemos extendernos mucho en este tema, que creemos merece artículo aparte.

     Este proceso había comenzado en 1916, produciendo bastantes disgustos personales y enfrentamientos entre los sucesivos alcaldes que lo impulsaron y los usuarios de aquellas aguas, propietarios de las tierras de dicha partida municipal. Se intentó llegar, en varias ocasiones, a un acuerdo amistoso con ellos para que cedieran 1,18 litros de agua por segundo del caudal, que era el que los técnicos de la Confederación Hidrográfica del Júcar consideraban necesario para el abastecimiento urbano de Xert. Pero ante la constante oposición de los propietarios de aquellas tierras, se tuvo que proceder a la expropiación forzosa, recurriendo ambas partes hasta el Presidente del Consejo de Ministros, en defensa de sus derechos.

     ¿De dónde se abastecía el pueblo hasta entonces? Pues de la fuente del Auvelló, de la conocida como Font, que había junto a los lavaderos situados a la otra parte del barranco y de los pozos artesianos de algunas casas. Esta escasez de agua potable provocaba frecuentes brotes de tifus y cólera, que pueden observarse en los diagnósticos de muerte de esta época.

     El impulso que Don Miguel Beltrán dio a este asunto puede considerarse de definitivo, si bien su dimisión en 1930, tras la caída de Primo de Rivera, no le permitió presidir el momento histórico de la llegada de las aguas del Molinar a Xert.

     La instancia mencionada está datada el 19 de julio de 1929. En ese día se reunieron, en la sala de sesiones del Ayuntamiento, además de la corporación municipal, representantes de todas las asociaciones de Xert: Unión Chertolinense, Sindicato Agrícola, clero e industriales, todos ellos interesados en solucionar este asunto. Al finalizar la reunión, firmaron todos esta Instancia, que debía enviarse al Presidente del Consejo de Ministros para que agilizara los trámites correspondientes. En ella se hacía un resumen del largo proceso seguido y se decía:

     “Que en 12 de octubre de 1916, solicitó el Ayuntamiento de Chert, por el Estado, se estudiase y ejecutase un proyecto de obras que sirviese con destino al abastecimiento de dicho pueblo, utilizándose las aguas procedentes de la fuente denominada “El Molinar”, distante unos 5 km:

     Redactado el oportuno proyecto por la División Hidráulica del Júcar, fue aprobado por la superioridad, por R.O. de 28 de Agosto de 1920, con lo cual se determinó la utilidad pública de la obra. Sometido a información pública…se anunció el proyecto estaba de manifiesto en la Jefatura provincial de Obras Públicas para que se presentasen las reclamaciones pertinentes.

     Como consecuencia de este anuncio, se presentaron varias protestas contra la necesidad de expropiar las aguas de la fuente de “El Molinar” y en vista de ellas, la Alcaldía, citó a una reunión a la Casa Capitular, a la que asistieron numerosos usuarios de aquellas aguas, sin que se pudiera llegar a un acto de transacción. Remitióse lo actuado a la Dirección General de Obras Públicas, después de emitir informes favorables la Junta Provincial de Sanidad y la Comisión provincial, la cual resolvió por R.O. 11 de abril de 1924, que la fuente que debía aprovecharse para abastecimiento de Chert fuese la de “El Molinar”…

     Iniciadas nuevamente gestiones para conseguir un acuerdo amistoso con los usuarios de las aguas, resultaron inútiles cuantos trabajos se realizaron para tal fin y como el pueblo de Chert, no tiene posibilidades de atender a su abastecimiento y a los servicios de higiene de las casas que con los procedentes de la fuente de “El Molinar”, fue preciso iniciar el expediente de expropiación forzosa.

     Esta Alcaldía, al hacerse cargo de la misma en el año 1927, encontró el expediente de referencia, con el primer trámite de expropiación aprobado y realizado el nombramiento de Peritos de ambas partes y antes de reanudar su tramitación, intentó nuevamente llegar a una transacción con los usuarios de las aguas… no siendo posible la avenencia por haberse encerrado la mayor parte de dichos usuarios en una oposición sistemática…

     Redactadas las hojas de aprecio por el perito de la Administración y entregadas a los interesados, en octubre de 1928, surgen nuevas reclamaciones…

     Por todo lo expuesto y después de lamentar con verdadera pena que tales atentados al interés de un pueblo, puedan hacerse impunemente amparados en preceptos legales y sin que el inspirador ni el brazo ejecutor sufran las consecuencias.

     "Suplicamos a V.E. que, previa comprobación de los extremos que juzgue conveniente, se digne estudiar… el expediente de referencia y decretar, si es de justicia para la pronta tramitación del mismo, en beneficio de esta obra que constituye aspiración general por espacio de medio siglo, de este pacífico vecindario que tiene que soportar con amargura, epidemias paratíficas y derivadas, por carecer del agua indispensable para los más elementales usos de la vida y dando ello fin al mencionado expediente que iniciado el año 1916, va 13 años en curso”.

     El conflicto se resolvió finalmente a favor del Ayuntamiento, procediéndose a la expropiación forzosa y llegando el agua del Molinar a Xert unos años más tarde asistiendo todo un pueblo expectante y emocionado, a la inauguración de las fuentes que, a tal fin se instalaron en la Plaça Vella, Plaça Nova y calles Valencia y San Vicente, el año 1931.

     Otros datos que nos proporciona Don Miguel Beltrán sobre higiene y sanidad en sus apuntes son los siguientes: el 16 de mayo de 1927, se aprobó el pliego de condiciones para la subasta de pesas y el matadero y el 25 del mismo mes, “se recibió oficio aprobando el reglamento de sanidad”.

     El 27 de enero de 1928, se reunió la Junta de Sanidad Municipal, acordando la “clasificación de la plaza de practicante y varios asuntos del Reglamento de inspección sanitaria de establecimientos”.

     En febrero de 1929 encontramos la creación de la plaza de comadrona y el 4 de mayo de ese mismo año nos dice que “murió el farmacéutico Sr. Hellín, planteándose nuevamente la cuestión de los boticarios”. Para solucionar la carencia de este profesional, el día 22 de dicho mes “fuese el médico con Indalecio para ver cómo se podía combinar” y el 3 de octubre “vino el boticario Vallés para enseñarle la farmacia y a su señora no le gustó nada la casa”.

     Por último encontramos una anotación, correspondiente al 7 de diciembre, en la que Don Miguel Beltrán dice que, en la Sesión ordinaria del Ayuntamiento, se acordó que “se anuncie nuevamente el concurso para la plaza de Comadrona.

Urbanismo

     A este respecto encontramos, en la documentación de Don Miguel Beltrán, una primera anotación, correspondiente al 14 de febrero de 1927, en la que dice: “principió la colocación de las aceras por los vecinos de la calle Valencia”. El día 24 del mismo mes, el Ayuntamiento remitió un “oficio a la Diputación, pidiendo el arreglo del camino de la Serafina, que se concedió en comunicación de 4 de marzo del mismo año”. El día siguiente, 25, se acordó la “apertura del paso entre las calles San Blas y Horno”, que se abriera en las mismas condiciones que se venía usando”. Este pasadizo, cuya existencia desconocíamos y que nos ha confirmado Mercedes Beltrán, fue cerrado por los propietarios de las casas colindantes, sin el correspondiente permiso municipal y sería motivo de discordia durante algún tiempo. Así lo demuestra el que el 28 de febrero de ese mismo año, se les enviara “segunda notificación a los vecinos del paso Horno San Blas, con imposición de cinco pesetas de multa por desobediencia”.

     El 19 de marzo de 1927, se acordó el arreglo del camino del cementerio, el que salía del pueblo desde l´Església Vella, cuyas obras empezaron el 29 del mismo mes, costando 384 pesetas. La misma tarde comenzó a construirse el embalse del Toll, que se acabaría el 25 de mayo.

     El 17 de abril “se pagó a los jornaleros empleados en las obras del aljibe del camino Olivars, por valor de 398´50 pesetas.”

     En el pleno celebrado el 16 de mayo se acordó “rotular la Plaza Nueva con el nombre de su Majestad el rey Alfonso XIII”, colocándose la placa-rótulo el 15 de junio. “Costó 50 pesetas que cobró Juan José”.

     En junio, el día 17, “principió portlant acera, que terminó el 23 de junio” y el 27, “principió el bordillo de la calle San Vicente, que terminó el 4 de julio”. Ese mismo día, “principió el bordillo de las calles Horno y Valencia, que terminó el 23 del mismo mes”.

     El día 29 de agosto, se acordó “sacar a subasta el puente del camino Archiles”, la cual se realizó el “10 de septiembre, quedando a favor de Valero Carceller Sanz”.

     Otra noticia relacionada con el embellecimiento de las calles la encontramos fechada el día18 de septiembre: “acordóse poner bordillo en calle Valencia y decir a los canteros que se les pagará a 4´50 pesetas metro, con 0´17 cm. de ancho y 20 cm. de altura”. El 19, se “principió la colocación de bordillo en calle San Mateo y arreglo acequia”y “arreglóse también los canalones de la casa capitular y la colocación de los bordillos a la Costereta y Plaza Mayor”.

     El 12 de octubre encontramos una nota muy curiosa. Dice Don Miguel Beltrán: “Fiesta de la Paz. Cursáronse despachos a Jefe del Gobierno y al General Sanjurjo felicitándoles. Sanjurjo contestó oficio y telegrama. Agradecía rotulación calle sin que se le comunicara. Se procuró rotular una”. Efectivamente, se le dedicó días más tarde la calle del Horno, para subsanar el error de Sanjurjo.

     El 29 de octubre, en la sesión permanente del Ayuntamiento, se acordó “el arreglo de los desperfectos en camino Vilars, ocasionados por las aguas” y el 5 de noviembre, la “construcción de nichos en el cementerio”. El 19 de noviembre, se aprobó la “pavimentación del Clot”.

     En 1928, el 7 de enero se acordó “arreglar la calle del Horno” y el 11 que “se pongan aceras y arreglen canalones en calle Horno, arreglar acera Plaza Alfonso XIII y se apruebe modificación o notificación padrón de habitantes”.

     El 9 de septiembre “se verificó el descubrimiento de las placas que rotulan la calle Dr. Ferreres y General Sanjurjo” y en la sesión del 8 de diciembre se “acordó arreglar el Perche con losas, con cargo al presupuesto extraordinario”. Este arreglo, según nota de 17 de febrero del año siguiente, ascendió a 420´50 pesetas, además de 210´95 pesetas “que tenía de atrás para las losas”.

     En septiembre de 1929 “se trazó la alineación de la calle Avenida de Joaquín Costa, para edificación en solares escuelas”. Esta avenida es la que actualmente lleva el nombre de Don Miguel Beltrán y que se marcó y diseñó este año, como veremos más adelante. La creación de las escuelas, supuso la desaparición o conversión en callejón sin salida de la calle Santa Isabel de Hungría, situada en el centro del Paseo de la Independencia, junto a casa de Julián Segarra, a quien agradecemos la información.

     El último pleno que presidió Don Miguel Beltrán como alcalde, fue el celebrado el 6 de diciembre de 1929. En él, se acordaron importantes obras urbanísticas que modificaron el aspecto de Xert, dándole una amplitud hacia su crecimiento actual. Así, al construir las nuevas escuelas, se derribaron las antiguas, que constituían un tapón urbanístico, que imposibilitaba la continuación de la calle San Vicente. En este pleno se acordó:

   “1º.-   Aprobar el dictamen de la Comisión de Obras Públicas sobre anchura de la calle San Vicente, que ha de tener doce metros o media igual a la distancia entre casa Selets y la central eléctrica morellana.

   La Avenida Joaquín Costa, con 16 metros en toda la extensión.

   2º.-   Acordar la apertura de la calle desde San Vicente a San Mateo, por el punto conocido entrada de Corda y que la Comisión de Obras Públicas dictamine sobre ancho y trayectoria. [Ésta dictaminaría que fuera de 14 metros en todo el trayecto].

   3º.-   Que se instruya expediente de expropiación para el pago de los terrenos a que afecta el ancho en el anterior dictamen.

   4º.-   Rotular la calle que principia en la Independencia con dirección N. a S. con el nombre de Ramón y Cajal. [Creemos es la actual calle Benicasim].

   5º.-   Que se proceda a la enajenación o venta de los terrenos sobrantes de la vía pública, después de las alineaciones acordadas y de los solares que queden entre el grupo escolar y casa Patricio, así como de los terrenos que resultan al E. del mismo grupo, esquina al callejón del Trinquete, a excepción del solar que la Comisión de Obras Públicas reserve para construir, en su día, casa para los maestros.

   6º.-   Acordar dar el nombre de Primo de Rivera al grupo escolar que se está construyendo”.

     Al desparecer del Archivo Municipal las Actas de Ayuntamiento correspondientes a este período histórico, la “Agenda” y la “Libreta” de Don Miguel Beltrán, que con tanto afecto ha conservado su hija, nos ha permitido reconstruir una parte de nuestra historia colectiva. A Don Miguel debemos no sólo el magnífico grupo escolar, que aún hoy disfrutamos, sino que como hemos visto, el ensanche y modernidad de nuestro pueblo tiene su origen en este maestro y alcalde culto e ilustrado.

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