El valenciano

Una lengua culta mucho más antigua que el catalán

Por Jesús Moya Casado

     Es imposible de admitir, ya que «ni un soldado de las tropas del rey, ni clérigo o fraile, hombre o mujer, obispo o guerrero que le acompañaban , hablaban catalán [...] por la sencilla razón de que la lengua catalana, en 1238, no existía aún». (Giner Boira y muchos más).

     Para Giner Boira, queda totalmente probado que era imposible que el valenciano derivara del catalán ya que “nadie de quienes vinieron con Don Jaime hablaba ni podía hablar en catalán” y que las primeras referencias escritas que se tienen de esta lengua datan de 1362. “Jamás pudo derivar de este porque este no existía aún cuando Valencia fue conquistada”.

Libro de cuentas comerciales.

     En 1238 es el “romanz” lo único que podían traernos, y nos trajeron, las huestes del Conquistador, las cuales procedían de todas partes de España y Europa.

     Así, todos los documentos de la época de Don Jaime, o están escritos en latín, que era la lengua oficial o documental, tanto para la Iglesia corno para la Cancillería real, o lo están en la otra lengua única que es el romance.

     Vamos a ceñimos al Reino de Valencia para probarlo.

     Cuando Don Jaime dictó “Els Furs”, que era la Constitución del Reino de Valencia, también dispuso cuál debía ser la lengua oficial que el pueblo había de hablar. Esta lengua era “el romanç” y no tiene ni otro nombre ni existe otra lengua oficial en todo el texto foral.

     Los fueros se escribieron en latín; pero en 1261, para que todos los habitantes del Reino los entendiesen y pudiesen cumplirlos, Jaime ordenó que se tradujeran a la lengua que el pueblo hablaba. ¿Y cuál era esa lengua?: era “el romance”. No había otra. Y a él se tradujeron los fueros.

     Una vez que se terminó la traducción completa del texto, se le presentó al propio rey para que los revisara, los aprobara, los firmara y, al fin, los jurase; lo que hizo el 7 de abril de 1261, poniendo una mano sobre el texto latino y la otra sobre la versión en romanç.

     El rey, antes, vio y repasó fuero por fuero, y hubo muchísimos que no le parecieron bien. Añadió o incrementó lo que consideró oportuno. Y para mayor exactitud, lo tradujo personalmente, ¡él mismo!, y así está consignado ciento cinco veces.

     Añadiéndose siempre como coletilla final, que el propio rey había hecho la traducción al romanç, diciéndose: “Arromançat per lo Senyor Rey.” O bien: “Romançat per lo Senyor Rey.” Siempre con la expresión “arromançat” o “romançat”; es decir, arromanzado, traducido al romanç.

     Si la lengua hubiera sido la castellana, diría “castellanizado”; si la catalana, “catalaniçat”.

     Hay una prueba más. Los Fueros del rey Jaime fueron posteriormente vueltos a traducir al latín, y también en lengua latina se dice al final de cada uno de ellos:

     «Istum forum romansavit dominus rex» (Für XXV), o «Istum forum correxit et in ro-mantio posuit dominus rex» (Fur XXVIII), o «…enmendavit in romantio dominux rex» (Fur XXXII).

     El Conquistador dispuso por fin, definitivamente, que fuera el romanç la lengua oficial del Reino. Así aparece en el folio 65 vuelto del códice “Deis Furs” del Ayuntamiento de Valencia.

     En el capítulo de sentencias ordenó Don Jaime a los jueces lo que aquí se transcribe: “Els jutges en romanç, diguen les sentencies que donaran”.

     Es decir el rey, para que el pueblo valenciano, tanto cristiano como moro, pudiera entender las sentencias que dictaban los jueces, ordenó e impuso a éstos que las dijeran y las escribieran no en latín, ni en árabe, ni en hebreo, sino en la única lengua que las gentes del pueblo del Reino de Valencia entendían y hablaban; la que existía entonces: el romanç.

     En definitiva, y resumiendo:

     1.° Nadie de quienes vinieron con el rey Jaime, ni aun los catalanes, hablaba ni podía hablar el catalán.

     2.° Por eso la lengua valenciana ni deriva ni puede derivar científicamente de una lengua inexistente.

     3.° El valenciano se formó directamente del romanç. Jamás pudo derivar de éste, por la poderosa razón de que el catalán no existía aun cuando Valencia fue conquistada en 1238.

     No tengo la menor duda de que quien más daño ha hecho a la lengua catalana han sido los catalanistas. Y para ello, aquí van unas cuantas muestras:

     Próspero de Bofarull i Mascaró, barcelonés y director del Archivo de la Corona de Aragón, que decidió, hacia 1847, reescribir el “Llibre del Repartiment del Regne de València” de la Edad Media con el objetivo de engrandecer y magnificar el papel que tuvieron los catalanes en la conquista del reino de Valencia de 1238. Don Próspero suprimió en su edición fácsímil del histórico volumen apellidos aragoneses, navarros y castellanos para darle más importancia numérica a los catalanes. A las adulteraciones de Próspero de Bofarull se uniría la conveniente desaparición del testamento de Jaime I -legajo 758, según la antigua numeración- que establecía los límites de los reinos de Aragón, Valencia y Mallorca y del Condado de Barcelona. Fue el filólogo e historiador don Antonio Ubieto quien denunció en los años 80 que Próspero de Bofarull había modificado el Llibre en el que se registraban las donaciones de casas o terrenos hechas por Jaime I a los que participaron en la conquista de Valencia descartando asientos que se referían a repobladores aragoneses, navarros y castellanos y que le supuso a Antonio Ubieto el enfrentamiento con “compañeros catalanistas” y ser objeto de amenazas. .

     Y ¿qué decir del “Llibre dels Feyts d'Armes de Catalunya”?, falsamente considerado una joya de la literatura catalana medieval. Su autor, Joan Gaspar Roig i Jalpí (1624-1691), quien ejecutó un engaño extraordinario al asegurar que la obra, en realidad escrita por él en el siglo XVII, era una copia de un incunable de 1420 firmado por Bernard Boadas. El apócrifo ha sido usado como fuente para narrar la historia de la patria catalana durante siglos, hasta que en 1948 el medievalista y lingüista Miquel Coll y Alentorn descubrió el timo.

     Así, refiriéndose a la manipulación documental de Próspero, explica José Luis Corral Lafuente, profesor y miembro del departamento de Historia Medieval de la Universidad de Zaragoza, se añadió la "tergiversacion de conceptos". Porque este calificativo de "confederación" que lanzaba Antonio Bofarull derivaría pronto en otros de mayor calado. Como el de "Corona Catalano-Aragonesa", término que se justificó por la unión, en 1150, del conde de Barcelona, Ramón Berenguer IV, con Petronila, la heredera del rey de Aragón Ramiro II “el Monje”. Se trataba de una unión matrimonial y dinástica, pero nunca política, como asevera José Luis Corral Lafuente, autor de “Historia contada de Aragón” (2010): "El Condado de Barcelona era un estado soberano en el siglo X, con usos y leyes propias, pero nunca un reino". Pese a ello, la ilusión del reino catalán aún sigue vigente en la web de la Generalitat, que sobre el matrimonio de Berenguer IV y Petronila dice: "La unión, aplaudida por los nobles aragoneses, permitió que cada uno de los dos reinos conservara su personalidad política, sus leyes y costumbres…"

     Entre las piezas de antaño que se recuperaron está el antes citado “Llibre dels Feyts d'armes de Catalunya”, una obra que narra la historia de Cataluña desde los tiempos más primitivos hasta el reinado de Alfonso V el Magnánimo (1396-1458) y que se había datado en 1420. Así se creyó hasta que en 1949 los medievalista Miquel Coll i Alentorn y Martí de Riquer desvelaron en Examen Lingüístico del “Llibre dels Feyts d'armes de Catalunya” que el verdadero autor era Joan Gaspar Roig i Jalpí (1624-1691) y que estaba escrito en el siglo XVII. El falsificador había tratado de emular el lenguaje del siglo XV pero no lo había logrado.

     Para historiadores como José Luis Corral Lafuente, la cascada de manipulaciones sólo han servido para restar credibilidad al rico legado de un condado que fue soberano e influyente sin necesidad de estas falsificaciones y leyendas más acordes con los anhelos de independencia del sector catalanista.

     Y si no veamos estas otras aberraciones:

     Dice Victor Cucurull Miralles, licenciado en Geografía e Historia por la Universidad Autónoma de Barcelona, fundador de la Asamblea Nacional Catalana y asesor del Presidente de la Generalidad:

     En una de sus conferencias, defendió que la nación catalana “fue la primera de las naciones del mundo”, fechando sus raíces en el siglo vii antes de Cristo. Según Cucurull fue “Cataluña” quien descubrió América; y tanto Cristóbal Colón era catalán y no partió de Palos, sino del puerto de Pals como Américo Vespuccio. En la historia convencional habría más apropiaciones de la historia catalana: Teresa de Jesús no sería de Ávila, sino catalana de Pedralbes “de arriba a abajo”.También ha defendido que el emperador Carlos V no se retiró al monasterio de Yuste en las postrimerías de su vida, sino al monasterio catalán de San Jerónimo de la Murtra, justificándose de la siguiente manera: “era el amo del mundo. ¿Y cómo se le puede ocurrir ir al culo del mundo a morirse de aburrimiento?”. Además, ha abogado por la teoría de la identificación de la civilización de Tartessos con la localidad tarraconense de Tortosa. También ha defendido la catalanidad de Hernán Cortés, en realidad Ferrán Cortés, conquistador de México, razonando como sigue: “¿Podía ser el hijo de un don nadie de Extremadura como nos han contado? No lo parece. Ese nivel técnico, diplomático, marítimo… era de una familia con recursos y de un nivel que sólo existía en la nación catalana”. Miguel de Cervantes y Leonardo da Vinci, catalanes, este del Ampurdán y aquel… ¡de Jijona!. El conquistador Diego de Almagro era el catalán Jaume d'Aragó-Dalmau, siendo Almagro una contracción de su apellido. Otra contracción convirtió al catalán Francesc de Pinós de So i Carrós en Francisco Pizarro, que descendía de la realeza.

     ¿Quien puede negar que Prat de la Riba en 1906 encargó al ingeniero industrial Pompeyo Fabra la fabricación de la lengua catalana? . En 1912 se publica la primera gramática catalana independiente de la valenciana, mezcla de arcaísmos, valencianismos, galicismos y palabras inventadas por Fabra.

     La política, que todo lo corrompe, junto con la poca o nula honorabilidad de muchos de nuestros intelectuales, son los principales culpables de querer imponer esta jerga o esperanto catalán a valencianos y mallorquines para amalgamarlos en el aberrante ente de "Países Catalanes" y que responde a un chauvinista y práctico deseo catalán de dominar estas dos regiones que acaparan el SETENTA Y CINCO POR CIEN DE LA RIQUEZA ESPAÑOLA.

© Copyright J.M.C. - 2022

http://www.chert.org